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La revolucion del arte

Sobre “Podestá”

Por Ma. Florencia Gómez Bergna – Foto: Fernando Addad

La sala se abre con el telón ya levantado. Poco a poco bajan las luces del teatro, la gente que entretenida hablaba comienza a silenciarse. Como elemento de la escena una mujer duerme en el escenario, ronca, se mueve inquieta entre sueños. 

“Podestá” encarnada por Gisela Podestá, dirigida por Yanina Frankel y Rosalía Jimenez, se presenta en el Coliseo Podestá. Comienza con el despertar físico y metafórico de su protagonista. La payasa despierta a su propia historia, la cual le surge desde dentro en medio de ensoñaciones y juegos. Sus memorias familiares son las de la amplia familia Podestá, y nosotrxs vamos descubriendo a medida que recorre su genealogía que esta coincide, en gran medida, con la historia del teatro nacional. En suma, se trata de una parte de la historia del pueblo.

Gisela se mueve entre sábanas y papeles mientras se reconoce nieta de artistas, juega entre el público y revoluciona todo a medida que pasa de un lado a otro. Se baja del escenario, habla con sus espectadores, camina entre ellos, sube, baja otra vez, se para acá, grita allá, aplaude y vuelve a subirse. Entre tantos movimientos ella reconstruye las memorias familiares de los Podestá, una comunidad cuyos integrantes decidieron desplegar sus rumbos en diferentes caminos, haciendo así florecer los distintos puntos de la geografía artística argentina.

Todas esas voces diversificadas se reúnen en Gisela, quien las unifica en su propia voz. Abre el archivo familiar y muestra entre papeles la historia de la revolución del arte, es decir, la del teatro nacional. Una revolución que parte del pueblo y para el pueblo, quien defiende un teatro que decide separarse de los estándares extranjeros para encontrar su propia forma en el suelo argentino. Gisela sale al encuentro de la historia familiar y da con algo aún más amplio, la historia de una tradición.

Desde el clown, la payasa pone el cuerpo a sus memorias, hace de él un instrumento de la escena. Ella, que escupe retazos de su historia, se dedica a su vez a ordenarla e interpretarla. Se encuentra parte de un linaje que no puede evitar la pulsión de hacer llorar y reír a su público; genera las risas y las supera para dar lugar a nuevas emociones. 

Su búsqueda y grito no dejan de clamar por la memoria, por la necesidad de reconocer las propias identidades, y no dejar en el olvido las historias personales ni la historia colectiva.

PODESTÁ

Actúa: Gisela Podestá. Dirección: Yanina Frankel y Rosalía Jiménez. Asistente Técnica: Estefanía González. Dramaturgia: Gisela Cilia y Yanina Franke.l Música original: Martín Mangone Grabación de grabación: Tomas Yacachury Coreografía: Valentina Paiavonskis. Entrenamiento vocal: Mara Ferrari. Diseño y realización de vestuario: Gina Peiretti. Diseño y realización de Escenografía: Maximiliano Damperant. Diseño y puesta de luces: Lucas Lavalle. Ilustración: María Podestá. Diseño gráfico: Julia Izaguirre. Fotografía: Débora Cerutti. Filmación: Juan Martin Dell’Oro.