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Poltergeist poético

Sobre “Escribir la ciudad”

Por Rocío Estevez

La espera comienza en las escalinatas del Museo de La Plata en el Paseo del Bosque al caer la tarde. El público se reúne entre esas estatuas que llamamos leones, que parecen ser tigres, pero son en verdad esmilodontes. O mejor dicho, las copias petrificadas de un par de esmilodontes. La obra de Beatriz Catani inicia allí, junto a una de las estatuas, donde dos de las protagonistas nos introducen a la puesta, y nos invitan a seguirlas al interior del museo.

Al ingresar, nos ubicamos en forma de U en el salón de la entrada, alrededor del busto de Francisco Pascacio Moreno. Mientras entramos y nos acomodamos, el director musical toca en el teclado una melodía que construye una atmósfera inquietante. Detrás del busto de Moreno, casi ocultos, dos músicos tocan instrumentos de viento.

El trabajo de esta obra es una conversación entre cuatro voces actorales, los músicos y el espacio del salón del museo. Y por supuesto, la escritura y el archivo. De esta manera, la puesta recorre la obra póstuma Jitler, del escritor Gabriel Báñez. Jitler es una novela breve pero, ¿dónde se debe trazar el límite entre la verdad y la ficción? ¿Cuáles son las fantasías, los fantasmas sobre la presencia nazi en Argentina? ¿Qué nos dicen los archivos inconclusos? Y sobre todo, ¿qué nos dejan de decir?

Hay una multiplicidad de nexos entre escritores y el territorio platense, entre escritores y sus obsesiones. Lo fantasmagórico se presenta una y otra vez. En Gabriel Báñez, que escribió sobre escritores pasados. En una obra que se publica postmortem. En los horrores de las masacres hacia los pueblos originarios en nombre del progreso. En los cadáveres que ha guardado la ciencia. En los ecos que son efecto de la forma de cúpula del techo del museo. En las voces que se entretejen con la música. 

Dirían los ecos de los versos de Perlongher: En el decaer de esta escritura/ En el borroneo de esas inscripciones/En el difuminar de estas leyendas/(…)/ Hay Cadáveres”. 

Retorna la pregunta sobre la verdad y la ficción. ¿Qué es aquello que aparenta ser y qué es aquello que verdaderamente es? ¿Qué diferencia a un león de un esmilodonte? ¿Cuál es la diferencia entre una esvástica nazi y un simbolo budista? ¿Acaso la maldad es inherente al signo? 

Para Carl Sagan, la respuesta al enigma de la esvástica se hallaría en un fenómeno astronómico que habría dibujado dicho símbolo hace cientos de miles de años, y sería rescatado por diversas culturas. Lo cierto es que allí donde la historia presenta un enigma se abre la puerta para el arte y la literatura: un poltergeist poético. 

Lo que hay es presencia de la falta.  Como dijo Didi-Huberman, “Lo propio del archivo es su hueco, su ser horadado.” Y en estos huecos, ¿cómo juega la censura? ¿Qué pasa con esos libros que son difíciles de rastrear? Y aún más difíciles de encontrar impresos. ¿Qué está pasando hoy con “La Comuna Ediciones” (editorial de la Municipalidad de La Plata) y la gestión del Pro? Dicha editorial fue fundada por Gabriel Bañez. A principios de este año, Facundo Bañez (hijo de Gabriel) confirmó su renuncia a la editorial manifestando haber recibido presiones para militar a favor de Diego Santilli en las últimas elecciones.

La obra se pregunta qué es lo que en nuestro presente es difícil de decir, qué es lo que se nos está escapando. Y, ¿no es acaso, eso que es difícil de decir, lo más necesario de ser nombrado?

ESCRIBIR LA CIUDAD (Trabajo en proceso)

Dramaturgia y Dirección Beatriz Catani

Intérpretes: Juan Manuel Unzaga, Germán Retola, Viviana Ghezzi y Paula Tomassoni

Escenografía: Inés Raimondi

Composición y dirección musical: Luis Menacho

Asistencia: Karen Carballo y Marina Fogola